La actriz catalana protagoniza ‘El Jockey’, la nueva película del argentino Luis Ortega y su primer proyecto fuera del circuito comercial Leer
La actriz catalana protagoniza ‘El Jockey’, la nueva película del argentino Luis Ortega y su primer proyecto fuera del circuito comercial Leer
Úrsula Corberó (San Pedro de Vilamajor, 1989) se retuerce en la silla como si estuviera desplegando una coreografía sin orden. Mueve las manos. Se atusa el pelo. Coge el móvil que está sobre la mesa y lo vuelve a posar. Gira hacia un lado. Recoloca su blusa azul eléctrico. Mira, como a la espera de respuesta, hacia el resto de gente que hay en la sala cuando una de sus preguntas vuela sin un destinatario fijo. Vuelven sus manos al pelo y su finísimo cuerpo a contorsionarse. Sin descanso. Como si una descarga eléctrica continua habitara en ella.. Y, por eso, es extraño descubrir que el argentino Luis Ortega ha encontrado ahí dentro una contenidísima Úrsula Corberó como protagonista de El Jockey, una película compleja, libre inclasificable… Ella es jinete y también un témpano ante la persistente autodestrucción de su marido -a ratos mujer- el también caballista Remo. Solo el baile rompe una coraza de imperturbable control durante unos segundos. Y vuelve el rictus imperturbable de Abril, que dice la actriz que es ella misma. Pero no hay quien la crea.. «Al principio lo llevaba fatal, no nos entendíamos, no recibía respuestas… Yo necesito saberlo todo. Hasta que Luis me dijo que no quería limitar al personaje de Abril porque yo era Abril». Y esta que habla sí es Úrsula Corberó, con su exceso gestual. Y sigue: «Este es un proyecto raro en mi vida, pero supone mucho. Es casi un viaje místico, onírico. He sido poco consciente de todo lo que hacía y me ha llevado a un recorrido larguísimo e inesperado».. Larguísimo porque El Jockey se presentó en el Festival de Venecia hace ya nueve meses y aún llega este viernes a las salas de cine. E inesperado porque esta película supone la salida de la catalana del circuito comercial y es su primera experiencia indie. «Cuando empecé sentía mucho respeto. No sabía si yo era demasiado comercial para encajar aquí. Inseguridades, este tipo de cosas que a veces llevan la cabeza por sitios que no te esperas. En El Jockey me agarró por ahí, pero la verdad es que me siento insegura en todos los proyectos que empiezo».. ¿Eres insegura? Siempre te he oído decir que eras bastante segura para los castings, para conseguir papeles…. La seguridad no es ser seguro todo el rato, es tener una inseguridad y superarla para recuperar la seguridad. Para mí la inseguridad es súper necesaria y me conecta también con esa niña más sensible, delicada y vulnerable. Yo soy bastante, bastante insegura, pero me parece muy sano. Me parece aburrido pensar que todo el rato lo voy a petar.. Pues lo de petarlo no se te ha ido dando mal…. Pero hay que vivir la inseguridad, no puedes hacer los proyectos desde la absoluta vanidad. No voy a llegar a los rodajes diciendo que ahora que estoy yo aquí lo vamos a petar. Además, petarlo puede tener muchas connotaciones distintas y para cada uno es diferente. Yo ahora tengo 35 años, ya no soy esa niña de Física o química de 17 a la que todo le daba igual y estaba enchufada a mil todo el rato.. ¿Qué ha ido cambiado con los años en Úrsula Corberó?. Es que esto ya no es un hobby, es algo serio. Y cuanto más te posicionas y más visibilidad tiene tu trabajo, más vulnerable te sientes. Es así y está bien decirlo. Ahora me he metido en este lío por Luis, porque es uno de los mejores directores de su generación y todo el mundo me dijo que cuando trabajara con él habría un antes y un después. Y eso me pasó, me sentí parte de algo realmente artístico, creativo, raro…. ¿Has echado en falta una mirada más creativa y menos comercial en tu carrera?. Puede ser, necesitaba encontrar el proyecto donde yo pudiera soltarme un poco. Últimamente he estado tan expuesta que me he vuelto muy controladora. Sobre todo después de La casa de papel, no paraba de plantearme si solo iba a hacer proyectos muy grandes donde me viera todo el mundo.. ¿Cómo es esa sensación? En aquel momento llevabas un guardaespaldas a cualquier parte del mundo.. Es difícil. También a nivel personal para relacionarse con la gente. Es complicado, te sientes un bicho raro. Al menos yo me siento así. Yo me considero una persona súper extrovertida y me gusta mucho conocer gente, pero todo esto me ha condicionado.. ¿Te cuesta desde entonces entablar relaciones sociales?. Sí, porque me he llevado muchas decepciones con la gente. Yo pienso que se acercan a mí porque soy buena persona y luego hay malos entendidos a nivel de amistad. Me han pasado muchas cosas fuertes. Yo entiendo que a veces ser mi amigo no es fácil, porque me ha pasado con amigos y amigas que les están preguntando por mí todo el rato. Y la gente termina harta. Y a la vez yo sigo teniendo amigos de toda la vida previos a ser un personaje público. Es un poco raro.. «No tengo ningún interés en posicionarme políticamente, me siento una migaja en el mantel». Entrando en el fondo de la película, la búsqueda de la identidad es central. ¿Cuánto interés tenías en demostrar que hay una persona que no es la Úrsula Corberó que todo el mundo conoce?. Lo tenía, pero fue completamente natural, no premeditado. Obvio que me iba a salir un personaje que no tenía absolutamente nada que ver con lo que había hecho antes. Me dejé llevar en cuerpo y alma, Luis me guiaba y yo ya no me preparaba nada. Es la película que menos me he preparado en mi vida.. Es bastante sorprendente porque la sensación es que Abril y tú os parecéis muy poco.. En todos los personajes que hago hay muchas cosas mías, esos personajes nacen de mí y a veces, a través de ellos descubro nuevas cosas de mí. Me pasó muchísimo con Tokio. Yo antes era una cagada, me daba miedo todo y me sentía indefensa solo por el hecho de ser mujer y pequeña y delgada. Y desde ahí entendí que la fuerza es interior y ahora he aprendido que para estar segura de ti misma no necesitas ni hablar ni hacer mucho.. ¿De dónde viene esa persistente necesidad que dices tener desde niña de que todo el mundo te vea? ¿Y si eso se mantiene?. Se me está pasando un poco, pero la edad del pavo me ha durado 35 años. Yo sigo siendo un poco intensa porque por algo soy actriz. La vida, el tiempo, la energía, la edad… me han cambiado y estoy mucho mejor así. Cuando miro atrás, mi vida me parece muy rara. Yo me hago muchas preguntas existenciales que no sé si el resto se hace. Quizá solo estoy medio loca. ¿Qué preguntas?. Ahora te vas a meter en un viaje… Pues, por ejemplo, cuando hablo pienso cómo lo hago, qué está mandando la orden a mi cerebro, por qué decido hablar en este momento, por qué no tardo más en hacerlo… Así estoy todo el día. El otro día me pasó en casa con unas hormigas, que le preguntaba a Chino [Darín, su pareja] si habrían venido de otro lado, si ya estarían allí, dónde nació la primera.. En esta película hay también un debate muy actual con la transformación del personaje en mujer en un momento en el que los derechos de las personas trans están en duda en muchas partes del mundo.. Yo estoy súper a favor de que la ficción aborde temáticas que nos conciernen en la realidad, y sobre todo de tocar los temas desde la verdad. La gente a veces prefiere no hacer algo por si les acusan de populismo o de sensacionalismo. Creo que es fácil identificar cuándo ese no es el principal objetivo de la historia. Aquí, el mensaje de la búsqueda de la identidad es muy potente. «Antes de La Casa de Papel era una cagada, me daba miedo todo y me sentía indefensa por ser una mujer pequeña y delgada». ¿Entiendes que ese derecho a la identidad se está coartando a ciertos colectivos?. Hay un largo recorrido todavía por delante, pero creo que hay mucha variedad de opiniones. Para lo bueno y para lo malo, ahora estamos en un momento de muchísimo cambio. ¿No te parece que está todo muy a flor de piel?. Dicen que son tiempos de polarización.. Se llama así, ¿no? Yo siento que vivimos un momento de mucha efervescencia en cuanto a ideales, en cuanto al sistema. El mundo está fuertote y es muy difícil. Yo nunca he sido de meterme en política, no he sido nunca un personaje público en esa línea, pero porque no tengo mis ideas claras. Me gusta poner todo en duda siempre. Nunca he podido ser abanderada de nada porque estoy en eterno conflicto con la sociedad, con los políticos, con la barbaridad de cosas que pasan en el mundo. Como personaje público lo vivo con muchísima frustración. Podríamos enumerar aquí diez cosas y la lista seguiría. Todo lo que pasa en el mundo me lleva a sufrir, como a todos, pero no tengo ningún interés en posicionarme porque me siento una migaja en el mantel. Y respeto mucho a los personajes públicos que se mojan y que tienen unas ideas claras. Pero yo no sé hacerlo, lo sufro mucho. No estoy suficientemente informada y no me gusta hablar de cosas que no domino al 100%. Me da mucha vergüenza decir lo que pienso y que eso sea lo que la gente tiene que pensar.. ¿Sientes que algunos personajes públicos que se pronuncian lo hacen para orientar a la gente hacia un lado?. No me gusta tener que decirle a la gente lo que tiene que pensar, no me gusta posicionarme porque ni siquiera sé yo lo que pienso. El mundo está fatal, sí, y creo que muchos sentimos tristeza e impotencia por todas las cosas desagradables y dolorosas que se ven. Pero también decir yo que algo es doloroso cuando el dolor lo está viviendo otra persona…. Todo tus últimos proyectos -El Jockey, Snake Eyes, Lift, The Day of the Jackal- han sido fuera de España. ¿Necesitabas marcar distancias con el ecosistema español? ¿Y qué se siente cuando una sale fuera?. Me siento una principiante. Es fuerte que diga esto aquí, en España, donde estoy muy posicionada y me siento muy segura. Pero a mí me gusta ponerme nuevos límites y creo que no es fácil cuando tú ya estás posicionada, tienes el poder y te escuchan en la industria coger irte a un sitio donde no te conoce ni el tato o me conocen poco. Porque en Estados Unidos da igual quien seas, si no has trabajado en Estados Unidos no cuenta lo que hayas trabajado en otro lugar. Fue empezar de cero y hay que saber llevar el ego. Hay algo en eso que me gusta mucho, me siento muy orgullosa de trabajar en Estados Unidos y que, por mi santo coño, me escuchen aunque no sea una figura poderosa.. ¿Te escuchan y tienen en cuenta tu visión?. He tenido que desarrollar otro tipo de técnicas, pero he conseguido que me tomen en serio y no por ser Úrsula Corberó. Yo no estoy dispuesta a pasar por el aro con todo simplemente para formar parte de Hollywood. Es importante aplicar eso en la vida en general, es importante en la vida saber decir que no, poner límites porque a veces se pueden malinterpretar las cosas. A mí me ha costado mucho, mucho, mucho, mucho, pero lo he conseguido y me dado un gusto que flipas. Yo no exijo caviar en el camerino para poder hacer mi trabajo, pero pido respeto. Y se siente bien cuando consigues las cosas desde un lugar que no es el poder.
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