No es muy habitual encontrar ejemplos de comedia romántica en nuestros escenarios. Pero cuando la cosa sale bien, es un gustazo absoluto. Ejemplo: Smiley de Guillem Clua, que desde la diminuta Sala Flyhard acabó conquistando el mundo (o sea, Netflix). En la Sala Beckett se acaba de estrenar un montaje que empareja el teatro posdramático con la peli de sobremesa, la metateatralidad con la feel-good movie, el placer culpable con la dramaturgia catalana contemporánea. La unión de Helena Tornero, autora seria y política, con Israel Solà, el director de La Calòrica, podría extrañar a más de uno. Como en una peli de Meg Ryan donde los protagonistas son aparentemente antagónicos, el invento ha funcionado. Em vas prometre una història d’amor es una gozada, un espectáculo entretenido y divertidísimo que parodia y homenajea el género que todos conocemos tan bien con excelentes resultados.
Texto, dirección y puesta en escena van de la mano y se retroalimentan: una escritora intenta escribir una historia de amor, y junto a sus compañeros/personajes se convierten en un grupo de guionistas pariendo una serie. Mesa, ordenador y muchos post-its de colores. Primero aparece la idea, luego los protagonistas, y a continuación la trama y los diálogos, en un ejercicio de puro teatro. Es decir, de juego a fondo. Los cinco intérpretes están estupendos, en uno de los elencos más acertados que hemos visto en mucho tiempo. Ester Cort es la autora, alter ego inevitable (o no) de Tornero, narradora crítica que es constantemente cuestionada por su madre, una fantástica Teresa Vallicrosa que queremos ver más a menudo en nuestros escenarios. Su espíritu crítico y antisistema choca con una progenitora que solo le pide un poco de amor, tanto en la realidad como en la ficción. Cómo consiguen emocionarnos estas dos. La pareja protagonista está interpretada por Sandra Pujol (ojazos, carácter y gran personalidad) y Fermí Delfa, uno de los intérpretes más carismáticos de nuestro teatro reciente (lo descubrimos en Nodi: de gossos i malditos). A Roger Torns le tocan papeles más breves, pero no por esto deja de demostrar sus dotes para la comedia. Bravos para todos ellos. Ahora tengo ganas de ir a Polonia y coger un tren.
Los tópicos y lugares comunes de la comedia romántica son explotados, cuestionados y reformulados con mucha gracia e inteligencia. El vídeo de Joan Rodón merece una mención especial: hilarante secuencia que sintetiza todas las películas de Hollywood de los últimos cincuenta años. El espacio diseñado por Adrià Pinar y el vestuario de Joana Martí también suman, y el montaje va de menos a más, regalándonos un final apoteósico. El amor tiene muchas caras, como muy bien sabe Barbra Streisand, y cuando Richard Gere y Julia Roberts se besan al final de Pretty Woman no podemos evitar emocionarnos. Tu em vas prometre una història d’amor tiene todos los números para convertirse en uno de los bombazos de este festival Grec. No se la pierdan: tanto si adoran las comedias románticas como si las detestan con toda su alma.
No es muy habitual encontrar ejemplos de comedia romántica en nuestros escenarios. Pero cuando la cosa sale bien, es un gustazo absoluto. Ejemplo: Smiley de Guillem Clua, que desde la diminuta Sala Flyhard acabó conquistando el mundo (o sea, Netflix). En la Sala Beckett se acaba de estrenar un montaje que empareja el teatro posdramático con la peli de sobremesa, la metateatralidad con la feel-good movie, el placer culpable con la dramaturgia catalana contemporánea. La unión de Helena Tornero, autora seria y política, con Israel Solà, el director de La Calòrica, podría extrañar a más de uno. Como en una peli de Meg Ryan donde los protagonistas son aparentemente antagónicos, el invento ha funcionado. Em vas prometre una història d’amor es una gozada, un espectáculo entretenido y divertidísimo que parodia y homenajea el género que todos conocemos tan bien con excelentes resultados.Texto, dirección y puesta en escena van de la mano y se retroalimentan: una escritora intenta escribir una historia de amor, y junto a sus compañeros/personajes se convierten en un grupo de guionistas pariendo una serie. Mesa, ordenador y muchos post-its de colores. Primero aparece la idea, luego los protagonistas, y a continuación la trama y los diálogos, en un ejercicio de puro teatro. Es decir, de juego a fondo. Los cinco intérpretes están estupendos, en uno de los elencos más acertados que hemos visto en mucho tiempo. Ester Cort es la autora, alter ego inevitable (o no) de Tornero, narradora crítica que es constantemente cuestionada por su madre, una fantástica Teresa Vallicrosa que queremos ver más a menudo en nuestros escenarios. Su espíritu crítico y antisistema choca con una progenitora que solo le pide un poco de amor, tanto en la realidad como en la ficción. Cómo consiguen emocionarnos estas dos. La pareja protagonista está interpretada por Sandra Pujol (ojazos, carácter y gran personalidad) y Fermí Delfa, uno de los intérpretes más carismáticos de nuestro teatro reciente (lo descubrimos en Nodi: de gossos i malditos). A Roger Torns le tocan papeles más breves, pero no por esto deja de demostrar sus dotes para la comedia. Bravos para todos ellos. Ahora tengo ganas de ir a Polonia y coger un tren. Los tópicos y lugares comunes de la comedia romántica son explotados, cuestionados y reformulados con mucha gracia e inteligencia. El vídeo de Joan Rodón merece una mención especial: hilarante secuencia que sintetiza todas las películas de Hollywood de los últimos cincuenta años. El espacio diseñado por Adrià Pinar y el vestuario de Joana Martí también suman, y el montaje va de menos a más, regalándonos un final apoteósico. El amor tiene muchas caras, como muy bien sabe Barbra Streisand, y cuando Richard Gere y Julia Roberts se besan al final de Pretty Woman no podemos evitar emocionarnos. Tu em vas prometre una història d’amor tiene todos los números para convertirse en uno de los bombazos de este festival Grec. No se la pierdan: tanto si adoran las comedias románticas como si las detestan con toda su alma. Seguir leyendo EL PAÍS
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia
La obra dirigida por Israel Solà es un espectáculo entretenido y divertidísimo que parodia y homenajea el género con excelentes resultados
No es muy habitual encontrar ejemplos de comedia romántica en nuestros escenarios. Pero cuando la cosa sale bien, es un gustazo absoluto. Ejemplo: Smiley de Guillem Clua, que desde la diminuta Sala Flyhard acabó conquistando el mundo (o sea, Netflix). En la Sala Beckett se acaba de estrenar un montaje que empareja el teatro posdramático con la peli de sobremesa, la metateatralidad con la feel-good movie, el placer culpable con la dramaturgia catalana contemporánea. La unión de Helena Tornero, autora seria y política, con Israel Solà, el director de La Calòrica, podría extrañar a más de uno. Como en una peli de Meg Ryan donde los protagonistas son aparentemente antagónicos, el invento ha funcionado. Em vas prometre una història d’amor es una gozada, un espectáculo entretenido y divertidísimo que parodia y homenajea el género que todos conocemos tan bien con excelentes resultados.
Texto, dirección y puesta en escena van de la mano y se retroalimentan: una escritora intenta escribir una historia de amor, y junto a sus compañeros/personajes se convierten en un grupo de guionistas pariendo una serie. Mesa, ordenador y muchos post-its de colores. Primero aparece la idea, luego los protagonistas, y a continuación la trama y los diálogos, en un ejercicio de puro teatro. Es decir, de juego a fondo. Los cinco intérpretes están estupendos, en uno de los elencos más acertados que hemos visto en mucho tiempo. Ester Cort es la autora, alter ego inevitable (o no) de Tornero, narradora crítica que es constantemente cuestionada por su madre, una fantástica Teresa Vallicrosa que queremos ver más a menudo en nuestros escenarios. Su espíritu crítico y antisistema choca con una progenitora que solo le pide un poco de amor, tanto en la realidad como en la ficción. Cómo consiguen emocionarnos estas dos. La pareja protagonista está interpretada por Sandra Pujol (ojazos, carácter y gran personalidad) y Fermí Delfa, uno de los intérpretes más carismáticos de nuestro teatro reciente (lo descubrimos en Nodi: de gossos i malditos). A Roger Torns le tocan papeles más breves, pero no por esto deja de demostrar sus dotes para la comedia. Bravos para todos ellos. Ahora tengo ganas de ir a Polonia y coger un tren.
Los tópicos y lugares comunes de la comedia romántica son explotados, cuestionados y reformulados con mucha gracia e inteligencia. El vídeo de Joan Rodón merece una mención especial: hilarante secuencia que sintetiza todas las películas de Hollywood de los últimos cincuenta años. El espacio diseñado por Adrià Pinar y el vestuario de Joana Martí también suman, y el montaje va de menos a más, regalándonos un final apoteósico. El amor tiene muchas caras, como muy bien sabe Barbra Streisand, y cuando Richard Gere y Julia Roberts se besan al final de Pretty Woman no podemos evitar emocionarnos. Tu em vas prometre una història d’amor tiene todos los números para convertirse en uno de los bombazos de este festival Grec. No se la pierdan: tanto si adoran las comedias románticas como si las detestan con toda su alma.
Tu em vas prometre una història d’amor
Texto: Helena Tornero. Dirección: Israel Solà.
Reparto: Ester Cort, Fermí Delfa, Sandra Pujol Torguet, Roger Torns y Teresa Vallicrosa.
Sala Beckett. Barcelona. Hasta el 27 de julio.
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Sobre la firma
Oriol Puig Taulé (Sabadell, 1980) es crítico y cronista de artes escénicas. Es licenciado en Historia del Arte y tiene un Máster en Estudios Teatrales por la Universidad Autónoma de Barcelona. Coordina la sección de teatro y danza del digital cultural ‘Núvol’, y lo encontraréis en los escenarios más insospechados
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