El actor dirige y protagoniza un documental sobre los ritos chamánicos y el consumo de alucinógenos Leer
El actor dirige y protagoniza un documental sobre los ritos chamánicos y el consumo de alucinógenos Leer
Pedro Alonso (Vigo, 1971) sabe que esta conversación va a ser larga y no menos compleja. Sentado en una sala del Hotel Montera en Madrid pide un primer café grande. Y, antes siquiera de tocarlo, está pidiendo el segundo. Ambos irán acompañados de una disertación infinita, con esa voz grave que aporta un tono de solemnidad, sobre los rituales chamánicos, las drogas, el discurso público, la fama, la muerte, la meditación… El mundo en cada sorbo.. El actor, al que irremediablemente todos conocerán por La casa de papel o Berlín, ha roto sus cadenas con En la nave del encanto, un documental que él mismo ha dirigido y producido y que Netflix entregará en tres partes a partir del 7 de enero. Y aquí empieza lo complejo. Porque este no es el típico recorrido edulcorado por los vericuetos de la fama desmedida ni una confesión íntima sobre hechos más o menos traumáticos. Este es un viaje por los márgenes de la civilización, una inmersión profunda en el chamanismo, una disección del consumo de sustancias alucinógenas como creencia y la imagen de un mundo -en este caso, el indígena mexicano- fuera de los postulados sociales aceptados en Occidente.. Siempre, en el centro, como buscador y experimentador, Pedro Alonso. Durante dos horas y 40 minutos, se le puede ver siguiendo al líder de una tribu por la selva en busca de plantas medicinales, dejándose caer en la amnesia de la ayahuasca, integrándose en la cultura huichole del peyote en mitad del desierto…. «Mucha gente me dijo que ni se me ocurriera en este momento de mi vida, con lo difícil que es que fluya la profesión. Tuve que confrontar muchísimos miedos neuróticos sobre lo que podía implicar, soy muy consciente de los charcos en los que me meto», arranca Pedro Alonso. Y sigue: «Por los prejuicios con respecto a las drogas y por todo el amarillismo a este lado del Atlántico. Y, al otro, porque se preguntan qué hace un tipo blanco europeo occidental hablando de chamanismo, con toda la herida abierta que tienen aún con los españoles y el hombre blanco».. La respuesta, nuevamente compleja, es que un joven Pedro ya se vio atrapado por las disciplinas asociadas al taoísmo y al budismo. Que, con 32 años, ya actor, cayó en una depresión profunda: su carrera parecía muerta y su forma de salir fue recurrir a la meditación y a la introspección. Que en los últimos 10 años se ha muerto su padre, le ha pasado como un tsunami la fama, ha cambiado su forma de ver el amor… «Creo que el mundo está en una espiral de ruido y furia y que camina, y yo no soy nada catastrofista, hacia la histeria y la neurosis. Siendo honesto, si tenía el impulso de contar esto y lo reprimía era porque me estaba sometiendo a la dictadura del pensamiento único y al miedo a la cancelación», expone.. ¿Qué dictadura del pensamiento único siente?. Estamos instalados en la razón del cartesianismo y desde hace mucho tiempo nos hemos creído que el mundo es solo lo que un hombre europeo blanco y occidental puede probar. Y que todo lo demás es superstición o charlatanería. La dictadura del pensamiento racional es manifiesta y su forma de control es omnipresente y muy rígida. A mí la vida me ha sorprendido en ese sentido porque he ido por el Amazonas con un patriarca de una comunidad con un machete con un conocimiento de la farmacopea a unos niveles que no tendrían muchos biólogos. Así empecé a desmontar lo que mi mirada occidental entendía que no podía ser válido. […] No quiero decir que no haya problemas en la selva, no voy soltar el discurso lleno de tópicos, porque allí hay muchas carencias y Occidente tiene muchísimas virtudes. Pero pienso que hay un desequilibrio tanto aquí como allí.. ¿Qué miedos neuróticos tuvo que enfrentar para hacer esto?. Sobre todo, la perplejidad del resto ante este movimiento, que puede ser genuina o aprendida. En esta profesión aprendes a ver los patrones ajenos de comportamiento y te vas dando cuenta de todo lo que nos han metido, ahora todo el mundo tiene derecho a todo. Y, sobre todo, a decirle al resto dónde tiene que estar porque si nos eres su enemigo. Nos han metido en una cárcel de pensamiento.. ¿Usted vive en una cárcel de pensamiento?. Obviamente, y sigo revisándome y desmontándome cada día. Porque esa cárcel de pensamiento no para, nuestra mente es insaciable. Se empieza por tener un dolor, porque la vida a veces duele, y se acaba creando una ópera de sufrimiento. Que no es más que una construcción. No niego que la vida es dura y hay razones para estremecerse, pero hay algo ultratóxico en el comportamiento contemporáneo. Nos regodeamos en el dolor, en lo tóxico, en la violencia, en la agresividad, en la negación, en la rabia, en la frustración… Haces un escaneo del discurso de lo público y es una película de terror donde la verdad ya da igual.. «Todo el mundo sabe que la medicina es una industria y que hay una ultra medicación en el mundo occidental». Habrá quien plantee que este documental solamente es usted drogándose como algo recreativo. Por supuesto, pero todos los que digan eso no han visto el documental. Y quiero especificar algo técnico: estas sustancias, asociadas a filosofías del proceso, no son adictivas y está comprobado científicamente. Toda la negación de las drogas ha generado un escenario de destrucción, muerte y mercado negro en el mundo. Todas las drogas recreativas han sido mucho peor en todos los sentidos y se han metido cosas en el mismo saco que no tienen nada que ver. El primer tercio de mi documental, por no decir la mitad, es un ejercicio muy cuidadoso para neutralizar una batería de prejuicios con esto. Yo he procurado ser muy poco efectista, podría haber hecho una película más pirata y jugosa.. ¿En qué sentido?. En que ha ganado mi responsabilidad frente al morbo y a toda esa basura asociada normalmente a lo que está en los márgenes. Los principios de pensamiento que sostienen estas prácticas son de profundísimo respeto. Es cierto que también hay circo, hay charlatanes y mala praxis. ¿Pero no lo hay en Occidente? En nuestros hospitales también mueren pacientes por malas prácticas. ¿Pero cuál es el porcentaje? El tratamiento de todo esto hasta hace muy poco es de un amarillismo retrógrado y muy pobre.. ¿Es crítico con nuestros sistemas médicos?. Si yo me dedico a ser tendencioso con la medicina occidental, que tiene grandísimas virtudes y jamás diré que es una patraña, también puedo decir que ha ido cortando cabezas sin dejar enemigos. Hay mucha gente ultramedicada y a la que le tapan los problemas con medicina, pero no la curan. Este seguramente es el asunto más delicado de esta conversación. Pero todo el mundo sabe que la medicina es una industria, un negocio y hay una ultramedicación en el mundo occidental. Eso no quiere decir que no tenga un valor extraordinario, pero hay mala praxis. Yo no tengo todas las certezas del mundo, pero, para mí, ha sido mejor destapar que tapar heridas.. ¿Cómo se hace para no caer en el negacionismo? Porque la línea es muy fina. Para eso está el equilibrio. La gente descubre un hilo con un principio de verdad y se talibaniza. Pero, señores, en todo hay luz y sombra. Para mí también es magia buena que haya máquinas técnicas y avances científicos que hacen que te puedas curar de un cáncer que hasta hace poco sería imposible. Pero, por dar un dato, las estadísticas sobre depresiones en Occidente son escalofriantes, trastornos de déficit de atención infantiles delirantes. Y hay niños menores de cinco años a los que medican por síndromes de atención.. ¿Qué ha descubierto del chamanismo durante este viaje?. El chamanismo no es que tú te pongas dos plumas en la cabeza y empieces a hacer gritos raros. Yo iba a la selva de traje. Con un traje cómodo, pero de traje. Yo, al hacer esto, buscaba un marco de referencia. Tú lees a Platón y a Sócrates, que ya eran iniciados de los misterios de Eleusis, y eran ridiculizados por Aristófanes por hablar del espíritu, como si fueran unos jipis. Porque la gente en Grecia ya decía que había que ser gente de su tiempo, pero es que Platón y Sócrates son la base de la filosofía occidental.. «El discurso de lo público actual es una película de terror donde la verdad ya da igual». ¿La Filosofía ha renunciado a la corriente del espíritu?. Es alucinante que todo el conocimiento asociado a lo que se circunscribió al mundo de las brujas se ha satanizado, se ha quemado en bibliotecas de toda Europa durante siglos. De pronto, un día lees que en el Renacimiento una de las olas potentes fue la asociada al esoterismo y todo eso se ha satanizado en el mundo moderno. Ahí hay un haber cultural increíble y llegas al Renacimiento en el instituto y te dicen que el hombre es el centro de todo, que somos dueños de la naturaleza. Pero ¿quién ha interpretado esto? Se han leído torticeramente muchos de los hitos culturales que nos configuran. Es como si fuese una dictadura de Pol Pot.. En realidad es el triunfo de la corriente racionalista.. Descartes se lo ha comido todo y es sorprendente. Todo es control, miedo, no exponerse porque da vértigo. El miedo histérico no es más que una forma de control. Por eso, en estos cuatro años, levantando el proyecto, me ha asombrado todos los mecanismos de control, conscientes e inconscientes en la gente a la que le iba hablando de esto. Hay gente que es completamente energúmena, que están convencidísimos de que quieren ser energúmenos. Cada uno puede ser lo que quiera, pero a lo mejor te está pasando una factura muy grande esa forma de pensar.. ¿Qué importancia tuvo la muerte de su padre, de la que habla al inicio del documental, para hacerlo?. Cuando hablo de la muerte de mi padre quiero decir que en los últimos diez años mi vida ha explotado. Creo que quiero contar que ya ha habido varias vidas en una misma vida. Veo cosas de mi pasado y me siento otra persona, un avatar diferente del que soy ahora.. En esos 10 años también le ha llegado un fenómeno de masas brutal como fue ‘La casa de papel’. ¿Eso cómo le ha afectado ahora que ha pasado el tiempo?. Todo lo que ha pasado con el fenómeno de la Casa de Papel, lo que nos ha pasado a cada uno, da para una novela. Yo he tenido la suerte de que me pillase en un momento donde me estaba trabajando mucho y me había revisado después de mi gran crisis. Yo arranqué la profesión muy bien y todo fue a peor de forma progresiva hasta estar muy mal. Fue una caída a cámara lenta que seguramente ha vivido mucha gente de una forma muy cruel. Eso me obligó a revisar modelos que no me hacían ningún bien. Eso hizo que la ola de La Casa de papel no me dejase como un pollo despeluchado.. Y, en la sala, ya solo quedan dos tazas vacías de café.
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