Estrella desde los 18 años, atravesó épicas subidas y bajadas durante seis décadas apasionantes de canciones y películas Leer
Estrella desde los 18 años, atravesó épicas subidas y bajadas durante seis décadas apasionantes de canciones y películas Leer
Marianne Faithfull ha muerto a los 78 años de edad en Londres, el Londres del que fue icono durante seis décadas de canciones y películas embrujadas por su magnética personalidad, tan carismática, tan potente, tan singular.. La cantante y actriz lo fue todo en la cultura pop británica, desde la chiquilla que empezó a grabar cancioncillas a los 18 años en un Swinging London que la convirtió en su símbolo, hasta el icono completamente destruido solo una década después, cuando tras su épico romance con Mick Jagger pulsó el botón de autodestrucción una y otra vez hasta romperlo, sin llegar ella misma a romperse, y de ahí a su moderna y sorprendente resurrección a finales de los 70, y su segunda resurrección en los 80, y otras cuantas más hasta este jueves en el que como, cantaba en su primera canción, nos sentamos y vemos correr las lágrimas.. «Con profunda tristeza anunciamos la muerte de la cantante, compositora y actriz Marianne Faithfull», ha anunciado este jueves un portavoz de su empresa de representación. «Marianne ha fallecido hoy en Londres en compañía de su familia».. La historia de Marianne Faithfull es la de otro mundo y comienza en 1964 cuando, con 17 años y sin ninguna experiencia como cantante o actriz, conoce en una fiesta Andrew Oldham, el célebre manager de pocos escrúpulos de los Rolling Stones. Flechazo, corazonada, bla bla. La mete en un estudio con una balada de Mick Jagger y Keith Richards, As Tears Go By, y Faithfull se convierte en estrella al primer intento.. Marianne Faithfull tenía origen nobiliario por parte de madre, que era una baronesa centroeuropea de vida bohemia descendiente de Leopold von Sacher-Masoch, el célebre autor de La venus de las pieles que popularizó el concepto del masoquismo, dato que no es trivial en esta historia.. En sus primeros años de carrera proyectó una imagen virginal que rompió en pedazos antes de cumplir los 20: a finales de 1966 abandonó a su marido, con quien tenía un hijo de un año, y comenzó un volcánico noviazgo con Mick Jagger que duró cuatro años mientras el Swinging London iba dando vueltas y más vueltas como un baile de derviches.. Su inclusión en el núcleo duro de los Rolling Stones durante su eyección a la gloria en paralelo a su anfetamínica forma de vida, rebajó su potencial musical: pasó de estrella a musa, un estatus que reducía su labor a inspirar grandes canciones (Wild Horses, You Can’t Always Get What You Want), en vez de protagonizarlas.. Mientras la cocaína, la heroína y el alcohol se extendían en oleadas constantes por su cuerpo fabuloso, su carrera en el cine ayudó a reforzar su imagen de torbellino humano con melena rubia. Tras interpretarse a sí misma en Made in USA, de Jean-Luc Godard, fue la primera persona en conjugar en una película comercial el verbo «fuck» («joder»). Fue en I’ll Never Forget What’s’isname (1967), tras la que participó en The Girl on a Motorcycle (1968) y Hamlet (1969), film realizado tras el éxito de un montaje teatral en el que interpretó a Ofelia.. 1969 fue el año en el que el pimpante avión a reacción que era la patrulla suicida Rolling Stones se estrelló, y Marianne Faithfull fue una de sus primeras víctimas. En julio el guitarrista Brian Jones apareció ahogado en el fondo de su piscina y en diciembre se produjo la tragedia de Altamont, el concierto multitudinario en California en el que una persona fue asesinada y otras tres murieron. En febrero, Faithfull había regresado a la música con un hermoso single de gran belleza lírica y, oh, dolorosas referencias a la adicción a las drogas: Sister Morphine. No solo fue un fracaso, sino que su discográfica, asustada, lo enterró. Ese mismo año tuvo un aborto espontáneo (sufrió otros dos más a lo largo de su vida y optó por abortar voluntariamente otras cuatro veces), una sobredosis y vio cómo se terminaba su turbulenta relación con Jagger.. Adicta a la heroína y carcomida por la anorexia, la baronesa Sacher-Masoch pasó los 70 tirada en la calle, durante una larga etapa literalmente: a lo largo de dos años fue vagabunda en el Londres del que había sido reina, en pleno Soho, donde algunos de sus antiguos amigos y conocidos la encontraban a veces mendigando para la siguiente dosis.. Como si se hubiera impuesto a sí misma una condena de una década exacta, a finales de 1979 Marianne Faithfull reapareció con un disco tan inesperado como deslumbrante, Broken English. Todo lo que había sido Marianne Faithfull en los 60, aquella preciosa criatura de camino a la perdición, eso es lo que no era en ese álbum influido por el post-punk.. Solo era coautora de dos de las ocho canciones del álbum, pero de pronto todo lo que cantaba sonaba como el testimonio salvaje de alguien que había optado por la degradación y que estaba no solo dispuesta a contarlo, sino a contarlo (cantarlo) muy bien. La voz angelical de la chiquilla de melena lacia era ahora un tubo de escape abollado. Todo lo que salía por su laringe oxidada obligaba al oyente a pararse a escuchar. Marianne Faithfull se había transmutado en una Billie Holiday posmoderna, una mujer fatal cuya franqueza dolía.. No vendió millones de discos, pero qué gran renacimiento. ¿Sirvió para que recondujera su carrera y su vida? Parecía que sí, pero no. Los años 80 comenzaron con un par de discos maluchos, recaídas en las adicciones, fracasos en clínicas de rehabilitación y un nuevo matrimonio calamitoso (su marido, Howard Tose, se suicidó tirándose desde un piso 14).. De esa nueva etapa turbulenta salió un sensacional disco de versiones, Strange Weather, una rareza en 1987 que le sirvió para asentarse en un tono que ya la acompañó hasta su fallecimiento, el de la gran intérprete por encima del tiempo acompañada por un rock crepuscular cercano a la canción de autor madura y arreglos clasicotes de cantante de hace un siglo, muy centroeuropeos, como su origen, ¿recuerdan? Vaya, es que esta historia es tremenda de verdad.. Una historia que merecía una buena autobiografía, y esta llegó en el 94, el año que explotaron el Britpop y la nostalgia por el Londres de los 60: Faithfull: An Autobiography contiene las esperanzas rotas, los errores cometidos y las profecías cumplidas, un sombrío y desolador recorrido por una vida inexplicable, que Marianne Faithfull explicaba habitualmente riendo con un cigarro entre los dedos.. Entró en el siglo de manera estupenda, con buenos discos de ambiente denso y doloroso en los que todos los músicos listos querían participar escribiendo o tocando. Vagabond Ways (1999) sonaba cautivador, Kissing Time (2002) fue aún mejor, con Blur y Jarvis Cocker y Beck y muchos más, y aún mejor que todos ellos Before the Poison, el disco que le escribieron PJ Harvey y Nick Cave.. Residente en París en las últimas décadas, superó un cáncer y una hepatitis C le hizo la vida imposible, se rompió la cadera y superó una neumonía por el covid. Mientras, continuaba grabando discos más fáciles, más cómodos, y ofrecía giras al ritmo pausado que permitía su salud quebradiza, aunque no siempre logró terminarlas.. Ella era Marianne Faithfull, señoras y señores, siempre tan carismática, tan potente, tan singular.
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