Nuestra relación con las drogas y otras sustancias, el uso que hacemos de lo que nos hace felices, nos excita, nos angustia o nos relaja, es el eje que aborda la obra Caramel, con texto de Pablo Messiez y dirección de las hermanas Ariadna y Clara Peya (del grupo Les Impuxibles) en el Teatre Lliure. Con una escenografía que recrea un elegante piano-bar, refugio etílico que combina la oscuridad con el glamur, y la música al piano de Clara Peya, destacan, nos dice nuestro crítico Oriol Puig Taulé en su reseña, los movimientos de los bailarines, sobre todo de Sandra Pujol y de Mabel Olea. En cuanto al texo, Caramel “o se acaba de mojar, ni parece que tenga muy claro qué nos quiere decir. La droga es mala, la droga es buena, todo depende del contexto. Ya lo sabemos”.
Mientras, en Madrid, el Centro Dramático Nacional ha estrenado el montaje ¿Sabes que las flores de plástico nunca han vivido, ¿verdad?, con texto y dirección de Mireia Gabilondo, un melodrama que aborda el problema psiquiátrico del desdoblamiento de personalidad. La actriz Aitziber Garmendia encarna al personaje que soporta el peso de la obra, Lucía/Yoldi. Y destaca, según la reseña de Javier Vallejo, cuando Yoldi hace “una entrada en escena fulgurante. Su caracterización es espléndida. Toda su fisonomía está cambiada: rictus, labios, ojos, entrecejo, en una transformación conseguida limpiamente, sin maquillaje”. Al experto le recuerda a La Tonta del Bote, que hizo famosa Lina Morgan, aunque Garmendia sabe echar el freno y darle hondura al personaje.
Nuestra relación con las drogas y otras sustancias, el uso que hacemos de lo que nos hace felices, nos excita, nos angustia o nos relaja, es el eje que aborda la obra Caramel, con texto de Pablo Messiez y dirección de las hermanas Ariadna y Clara Peya (del grupo Les Impuxibles) en el Teatre Lliure. Con una escenografía que recrea un elegante piano-bar, refugio etílico que combina la oscuridad con el glamur, y la música al piano de Clara Peya, destacan, nos dice nuestro crítico Oriol Puig Taulé en su reseña, los movimientos de los bailarines, sobre todo de Sandra Pujol y de Mabel Olea. En cuanto al texo, Caramel “o se acaba de mojar, ni parece que tenga muy claro qué nos quiere decir. La droga es mala, la droga es buena, todo depende del contexto. Ya lo sabemos”.Mientras, en Madrid, el Centro Dramático Nacional ha estrenado el montaje ¿Sabes que las flores de plástico nunca han vivido, ¿verdad?, con texto y dirección de Mireia Gabilondo, un melodrama que aborda el problema psiquiátrico del desdoblamiento de personalidad. La actriz Aitziber Garmendia encarna al personaje que soporta el peso de la obra, Lucía/Yoldi. Y destaca, según la reseña de Javier Vallejo, cuando Yoldi hace “una entrada en escena fulgurante. Su caracterización es espléndida. Toda su fisonomía está cambiada: rictus, labios, ojos, entrecejo, en una transformación conseguida limpiamente, sin maquillaje”. Al experto le recuerda a La Tonta del Bote, que hizo famosa Lina Morgan, aunque Garmendia sabe echar el freno y darle hondura al personaje. Seguir leyendo EL PAÍS
Nuestra relación con las drogas y otras sustancias, el uso que hacemos de lo que nos hace felices, nos excita, nos angustia o nos relaja, es el eje que aborda la obra Caramel, con texto de Pablo Messiez y dirección de las hermanas Ariadna y Clara Peya (del grupo Les Impuxibles) en el Teatre Lliure. Con una escenografía que recrea un elegante piano-bar, refugio etílico que combina la oscuridad con el glamur, y la música al piano de Clara Peya, destacan, nos dice nuestro crítico Oriol Puig Taulé en su reseña, los movimientos de los bailarines, sobre todo de Sandra Pujol y de Mabel Olea. En cuanto al texo, Caramel “o se acaba de mojar, ni parece que tenga muy claro qué nos quiere decir. La droga es mala, la droga es buena, todo depende del contexto. Ya lo sabemos”.
Mientras, en Madrid, el Centro Dramático Nacional ha estrenado el montaje ¿Sabes que las flores de plástico nunca han vivido, ¿verdad?, con texto y dirección de Mireia Gabilondo, un melodrama que aborda el problema psiquiátrico del desdoblamiento de personalidad. La actriz Aitziber Garmendia encarna al personaje que soporta el peso de la obra, Lucía/Yoldi. Y destaca, según la reseña de Javier Vallejo, cuando Yoldi hace “una entrada en escena fulgurante. Su caracterización es espléndida. Toda su fisonomía está cambiada: rictus, labios, ojos, entrecejo, en una transformación conseguida limpiamente, sin maquillaje”. Al experto le recuerda a La Tonta del Bote, que hizo famosa Lina Morgan, aunque Garmendia sabe echar el freno y darle hondura al personaje.
El texto de Pablo Messiez, dirigido por las hermanas Ariadna y Clara Peya, indaga en nuestra relación con las sustancias, el uso que hacemos de lo que nos hace felices, nos excita, nos angustia o nos relaja
Mireia Gabilondo entrevera de humor su obra sobre relaciones maternofialiales distantes y otros trastornos del alma, en la que sobresale la actuación fulgurante de Aitziber Garmendia