El hispanista explica en Las dos Españas la debilidad de los elementos empleados en la construcción de la nación española durante los siglos XIX y XX Leer
El hispanista explica en Las dos Españas la debilidad de los elementos empleados en la construcción de la nación española durante los siglos XIX y XX Leer
Henry Kamen hace una pregunta: «¿Por qué los escritores españoles, sobre todo los de principios del siglo XX, dedicaron tanto tiempo a la pregunta de qué es España? ¿Qué somos en España? Muchos escritos, entre ellos muchos del gran Unamuno, hicieron esa pregunta. No encontramos nada parecido en otros países. Ese tema no es importante en Francia y muchísimo menos en Inglaterra. ¿Por qué sí lo es entre los españoles? Una explicación posible es que España no llegó a crear un estado-nación sólido y por eso quedó el debate. La derrota de Cuba, en 1898 agravó el problema. España se convirtió en una idea difícil de identificar. Aún hoy, para algunos españoles, España casi no existe en sus vidas. Para otros sí. Su discusión por definir qué es España no puede llegar a ninguna conclusión compartida».. El problema de la inseguridad en sí misma de la nación llamada España no es un tema nuevo para el hispanista británio. Kamen (Rangún, Birmania, 1936) rondó esa pregunta en libros como La invención de España (Espasa, 2020) y España y Cataluña; historia de una pasión (La Esfera de Los Libros, 2015) y la retoma ahora en el ensayo Las dos Españas (recién publicado por Espasa). En su portada, dos gallos aparecen dibujados en la portada. Dentro, en sus 360 páginas, desfilan temas como el desencanto del proyecto americano, la relación de amor y odio con Francia, el imperfecto sentido del catolicismo como elemento identitario… Por resumirlo un poco: en cada veta de identidad nacional, Kamen encuentra un lado oculto que la refuta.. Un poco más desapercibido queda el subtítulo del libro: Conflictos y solidaridades. Solidaridades, también. ¿Acaso no ocurrió que Miguel de Cervantes fue a hacer la guerra Italia y que allí sintió que su suerte estaba ligada a la suerte de la Monarquía Hispánica?¿Acaso no es cierto que los aragoneses y los extremeños se encontraban en Lima y se reconocían como semejantes? ¿Que los mallorquines participaban en la conquista de Canarias y los vizcaínos emigraban a la España americana? «El contacto entre las gentes de España no es difícil de rastrear. Siempre existió. Los hablantes de los diferentes idiomas de España se entendían porque el castellano funcionó como idioma de intercambio muy pronto y fue una fuerza unificadora. Los moriscos adoptaron el castellano como su idioma. O sea que sí, tenemos factores que crean la sensación de comunidad entre los habitantes de la Península», explica Kamen. «Y sé que el vasto imperio fue un terreno fantástico para expresar una identidad de España».. «Pero también hay datos para pensar lo contrario», continúa. «Si buscamos en los españoles que se fueron de España, los que vivieron en Perú o en Chile, si vamos a su correspondencia, vemos que muchos de ellos se preguntaban qué son, si españoles, españoles de América o qué. A menudo hablaban de España en sus cartas pero no para afirmar que pertenecían a una cultura. Más bien escribían a casa y decían: ‘Aquí estoy bien, tengo dinero, tengo esclavos, tengo fincas. Pero echo de menos España y quiero morir allí’. Es decir, tenían dificultades para identificarse del todo. Para las élites americanas, el deseo de independizarse de España era compatible con la añoranza de su tierra de origen».. La idea de Kamen es que «el imperio no ayudó en crear España». No como nación. «Mi libro cita a dos o tres escritores del siglo XVII que declararon que la ruina de España era América. Muchos españoles sintieron que el Imperio era el proyecto de unos gobernantes extranjeros que pagaban los castellanos».. Siguiente capítulo: la religión como definición de España. «España ha sido un país católico en las prácticas y las formas. En otros sentidos no tanto. Muchos textos denunciaron que el nivel de ignorancia en religión en España era muy alto. España no vivió la Contrarreforma como Alemania e Inglaterra. Allí, el protestantismo obligó a un programa de reeducación religiosa. En España eso no pasó y el Estado pudo interferir en la vida religiosa de cada día. Tenemos estudios de comienzos del siglo XX que demuestran que la población que iba a misa en Sevilla era muy poca. En Cataluña, las familias iban a la iglesia pero sólo entraban las mujeres y los niños. Los hombres se quedaban fuera hablando, divirtiéndose. Y la educación de los sacerdotes era pobre. Muchos recitaban la misa sin saber latín ni entender nada».. Entonces, si España arraigó mal como nación, ¿fue por que su relato quedó peor escrito? ¿O porque la realidad que ese concepto representaba, el Estado, era débil y daba un mal servicio? «El relato de España no está mal contado. Hay muchísimas palabras escritas sobre España, más que en otros países… Pero la nación es una creación del Estado. Y si el país no tiene un Gobierno sólido y centralizado es difícil tener los ingredientes esenciales de unidad nacional. Por nación queremos decir unidad.Bien, esa unidad no ha venido en España del Estado. Todavía no ha llegado. Los españoles siguen siendo esclavos de la idea de que cada parte de la Península tiene una identidad propia. No sé si es verdad, pero así se disuelve la idea de nación. En cambio, Francia se preocupó muchísimo por formar un Estado centralizado y por unificar un idioma. El idioma francés, en realidad, nació en el siglo XIX y se terminó en el XX».. ¿Y la teoría de la llamada imperiofobia? ¿Es justo pensar que la mirada desde fuera saboteó la idea de la nación española a través de la infamia? Kamen recuerda que España ha gozado de largos periodos de simpatía. Durante todo el siglo XIX, el tema gitano-español al estilo de Carmen de Bizet fascinó a pintores, poetas y músicos de toda Europa.. -A los españoles nos suele gustar menos esa visión romántica.. -Es un mito de España que no tiene mucho que ver con España, lo sé. Lo que he descubierto en los años en los que llevo viviendo en España es que el concepto de las dos Españas, también es una extrapolación no muy informada de algunos aspectos de la vida española. Mi opinión es que no hay tensiones verdaderas como las que la gente relaciona con el concepto de las dos Españas. De la misma manera que yo no veo tampoco tensiones verdaderas entre catalanes y castellanos. Y vivo entre los dos sitios.
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