No concibo ir a la playa sin mi ultimo bañador turbo negro setentero. Los bañadores no me sobran nunca Leer
No concibo ir a la playa sin mi ultimo bañador turbo negro setentero. Los bañadores no me sobran nunca Leer
No seré yo quien condene al nudismo. Y mucho menos acudiré a la tan fea cancelación para fusilar a todos aquellos que lo practican. Sobre todo en estos tiempos tan absurdos que guillotinan a los que practicamos la libertad de expresión y acción individual, que no siempre comulga con lo políticamente correcto. Servidor no es así. Pero sinceramente… no entiendo el nudismo, la verdad. Y mira que lo he intentado, pero no va conmigo. A mí eso, no.. Yo me pregunto: ¿es cómodo el nudismo? Se relaciona con la naturaleza pero ésta tampoco es cómoda. Es más, me atrevería a decir que es muy incómoda. Y es que el nudismo siempre me ha producido un cierto rechazo. Ver a personas desnudas en situaciones cotidianas no es que no me guste, es que no lo concibo. Aunque reconozco que me resulta algo cómico.. Recuerdo un verano en el que mis padres me llevaron a una playa nudista (no porque ellos lo fueran). Allí nos plantamos con nuestros respectivos bañadores, bikinis y trikinis y el consiguiente enfado de los practicantes que, con razón, preguntaban qué hacíamos allí. La respuesta fue clara y concisa: disfrutar de una playa paradisíaca. Como ellos, pero tapaditos. El cabreo de los nudistas fue brutal.. Allí acudí a un desfile de hombres y mujeres desnudos que hacían la compra en su market nudista particular, o ¡¡jugaban al futbolín!! Visualicen la imagen, por favor. Todo muy normal, muy natural para ellos. Para mí, en cambio, era lo más antinatural. Porque no concibo ir a la playa sin lucir mi último bañador turbo negro setentero. Los bañadores no me sobran nunca.. Me gusta mi cuerpo, el que he conseguido tener gracias a mi esfuerzo y trabajo. Me encanta ver el cuerpo desnudo de mi mujer en situaciones amorosas. Pero no me imagino estar los dos en casa (atiborrada de cuadros de Mark Ryden y Fabio Mcnamara), ella haciendo la colada desnuda mientras servidor va comprar el pan y de vuelta, se encuentra con el cartero, que trae un requerimiento de Hacienda. Y todo esto, desnudo. Como guion de una película del gran Mariano Ozores sería la bomba.. Para más inri, no veo al nudismo nada práctico. En la playa la arena se cuela por todas partes. Eso sí, quien quiera estar como Dios le trajo al mundo en cualquier situación o en cualquier estación del año, que lo haga, pero que se atenga a las consecuencias. ¡¡Precaución!! Cuidado con las infecciones, las picaduras, el sol. Porque la naturaleza es muy bonita, pero también muy cruel.. Quizás sea un problema personal, yo voy a la playa en calcetines. Quizás pesen en mí determinados prejuicios derivados de mi educación. Quizás sea un puritano que no entiende de moderneces. «Quizás, quizás, quizás…», decía la canción, pero a mí no me gusta el nudismo.
Cultura // elmundo