La cinta de Netflix se hace con cuatro galardones frente a los dos del megaproyecto de Brady Corbet sobre un arquitecto emigrante tras la Segunda Guerra Mundial Leer
La cinta de Netflix se hace con cuatro galardones frente a los dos del megaproyecto de Brady Corbet sobre un arquitecto emigrante tras la Segunda Guerra Mundial Leer
La grandeza indiscutible de The Brutalist se acabó imponiendo en una gala de los Globos de Oro que dio alas a las posibilidades de Oscar de la otra gran contendiente en esta temporada de premios: Emilia Pérez. Cuatro fueron los galardones para la arriesgada propuesta del francés Jacques Audiard, un musical de Netflix protagonizado por la española Karla Sofía Gascón, que se quedó corta en sus sueños de hacer aún más historia en Hollywood con la primera estatuilla dorada para una actriz transgénero en un largometraje.. Eso sí, el último discurso de la noche fue para ella, reivindicando el derecho a ser diferente. «La luz siempre triunfa la oscuridad. Pueden meternos en la cárcel, pueden golpearnos, pero nunca podrán quitarnos el alma, la existencia, la identidad», dijo la de Alcobendas desde el hotel Beverly Hilton de Los Ángeles, en una ceremonia insulsa que encumbró el tesón del director Brady Corbet y los siete años que invirtió en filmar un mastodonte de tres horas y media sobre un arquitecto europeo que emigra a Estados Unidos tras sobrevivir a la Segunda Guerra Mundial. El Globo de Oro como mejor película de drama y como mejor actor para su protagonista, Adrian Brody, son una buena carta de presentación para el resto de la temporada de premios.. Corbet, que entusiasmó a su paso por el festival de Venecia, se aferró a su idea pese a que le dijeron «que nadie la vería y que no funcionaría», que era una película totalmente innecesaria. El tiempo parece haberle dado la razón al autor de Vox Lux y La infancia de un líder.. Más difuso se presenta el panorama de mejor actriz. La victoria de la brasileña Fernanda Torres sorprendió a propios y a extraños, protagonista de I’m Still Here, capaz de dar la campanada frente a favoritas como Angelina Jolie o Nicole Kidman. Es la primera brasileña en ganar un Globo de Oro en esa categoría y la segunda en estar nominada. La primera fue su madre hace 25 años, Fernanda Montenegro.. Tampoco Demi Moore se podía creer su suerte al recibir su Globo de Oro como mejor actriz por una comedia o musical, recordando que en 45 años de profesión nunca había ganado nada importante, desmoralizada por hacer películas que recaudaban mucho dinero pero que nunca le significan el reconocimiento de la industria, e instalada en un «momento muy bajo» de su carrera, sintiendo que no pertenecía o que no valía lo suficiente hasta que le llegó el guion de La sustancia y «el universo» le indicó que aún podía hacerse valer en Hollywood.. Y en esa resurrección se ahogaron los sueños de gloria para una fuerza de la naturaleza como Gascón, la actriz de Alcobendas que concurría con esperanzas de victoria. Las quinielas le daban alguna opción pese a competir con otra de las favoritas para esta temporada de premios, Cynthia Erivo.. Su compañera de reparto, Zoe Saldaña, se echó a llorar a llevarse el primer Globo de Oro de su carrera, el de mejor actriz secundaria por su generoso despliegue en Emilia Pérez, lo mejor de la película de Audiard junto a Gascón. Un triunfo previsible que dedicó, en parte, a su compañera de reparto. «Nadie más que tú podía haber hecho este papel», le dijo a Gascón. «Eres única, reina».. Además, la cinta francesa sobre el cambio de sexo de un narco mexicano en busca de redención se hizo con el Globo a mejor canción —por «El mal»— y a mejor película en habla no inglesa. «No tengo hermanas, quizá la razón por la que hice esta película sobre hermandad», apuntó en francés Audiard, que agradeció el premio a la ya desaparecida Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood (HFPA, por sus siglas en inglés).. Sebastian Stan hizo buenos los pronósticos al hacerse con el Globo de Oro a mejor actor de comedia por A Different Man, un trabajo descomunal que da sentido a una comedia oscura sobre un aspirante a actor con una desfiguración facial que se embarca en un tratamiento experimental que lo recompone físicamente pero no cura su inseguridad paralizante.. Kieran Culkin también está en fase ascendente. Brillante su papel del despreciable hermano pequeño en Succession, de HBO, como lo ha sido también su trabajo en la pequeña y notable comedia de Jesse Eisenberg, A Real Pain, premiado como mejor actor secundario.. Sin grandes sorpresas en el apartado televisivo. Shogun, que ya hizo historia en los Emmy con 18 galardones, también hizo pleno en los Globos de Oro: mejor serie dramática, mejor actor para Hiroyuki Sanada, mejor actriz para Anna Sawai y mejor actor secundario para Tadanobu Asano, en una categoría en la que estaba nominado Javier Bardem. «Ustedes no me conocen. Ni nombre es Tadano Asana y soy actor», soltó el intérprete japonés con una carga sincera e impropia de humildad para esta tipo de circo de egos insoslayables.. Con Jeremy Allen White, protagonista de The Bear, tampoco hubo sorpresas. Segundo Globo de Oro como mejor actor en una comedia para el intérprete neoyorquino de 33 años al que el papel del chef Carmen «Carme» Berzatto le ha cambiado la vida. Su compañera de reparto, Ayo Edebiri, no pudo hacer lo propio en una categoría que se acabó llevando la protagonista de Hacks, Jean Smart.. La noche sería redonda para la creación de Lucia Aniello, Paul Downs y Jen Statsky en su cuarta temporada, ganadora del Globo de Oro a mejor comedia en una categoría en la que se batía el cobre con favoritas como The Bear y Abbott Elementary.. La tercera corona de la noche en cuestiones televisivas tampoco sorprendió a nadie. Mi reno de peluche, la creación para Netflix de Richard Gadd, se llevó la distinción a mejor serie limitada ante el regocijo de Ted Sarandos, el CEO de Netflix.. Para Jessica Gunning fue una gala para el recuerdo con su Globo de Oro a mejor actriz de reparto, una de las revelaciones de la temporada televisiva. Y lo que se suponía una victoria segura para el creador escocés se convirtió en una de las pocas sorpresas de la noche. El nombre que salió del sobre fue el de Colin Farell como mejor actor de una serie limitada por El pingüino.. Poco después se resarciría de sus pérdidas al anotarse, como ya hizo durante los Emmy, el premio mayor de la categoría, una historia oscura, retorcida y adictiva sobre un acosadora en un bar de Londres y la particular forma de su acosado de reaccionar.. El papelón de presentar la gala recayó esta vez sobre la comediante Nikki Glaser, que vino a personificar, con sus chistes sosos y poco originales, la evidente decadencia de los premios en Hollywood en general y de estos en particular, cada vez más prescindibles.
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