Expectación. Eso es lo que se ha despertado en torno al Hotel ME Reina Victoria de la plaza de Santa Ana de Madrid este viernes. El motivo no es otro que el inicio de una venta de muebles muy especial. El emblemático establecimiento ha cambiado de dueños, ha cerrado sus puertas y ha decidido realizar un mercadillo con 10.000 piezas de su mobiliario y enseres a precios que van desde los dos euros de los platos a los 875 euros de un gran sofá de cuero envejecido, el producto más caro.. Seguir leyendo
El primer día de liquidación de los muebles del establecimiento se salda con grandes colas, quejas y la venta de todo lo expuesto
Expectación. Eso es lo que se ha despertado en torno al Hotel ME Reina Victoria de la plaza de Santa Ana de Madrid este viernes. El motivo no es otro que el inicio de una venta de muebles muy especial. El emblemático establecimiento ha cambiado de dueños, ha cerrado sus puertas y ha decidido realizar un mercadillo con 10.000 piezas de su mobiliario y enseres a precios que van desde los dos euros de los platos a los 875 euros de un gran sofá de cuero envejecido, el producto más caro.. El hotel se abría al público a las 16 horas, pero una hora antes la cola en torno al establecimiento ya recorría la mayor parte de la plaza del Ángel. La cofundadora de la start-up Eco-One, contratada por Meliá Hotels International para organizar la liquidación, se mostraba preocupada antes de la inauguración del evento: “Independientemente de las incidencias y de que la gente se enfade, pretendemos concienciar con estas acciones de la cantidad de residuos que se pueden evitar. Un hotel se reforma cada seis o siete años y esto tiene una repercusión medioambiental muy importante”, señalaba Zdenka Lara.. Lara habla del revuelo generado tras el anuncio de la venta de los enseres del conocido como Hotel de los Toreros. “Desde que dimos la noticia, 70.000 personas dijeron que querían venir y tuvimos que acotarlo”, explica. Eco-One, que es la primera vez que realiza un evento de estas características, habilitó 2.100 entradas gratuitas que se podían descargar en su web. Y no tardaron más de 20 minutos en tenerlas todas adjudicadas. “Son piezas de segunda mano, con mucho uso, pero tienen un precio tan bajo que merecen la pena. Además, son atemporales y nada estridentes”, aprecia.. La cola a las puertas del hotel Reina Victoria, en la plaza Santa Ana de Madrid. Candela Ordóñez. Aunque la empresa dedicada a proporcionar servicios de sostenibilidad a los hoteleros informó del cambio de planes, mucha gente no se enteró. Y el mercadillo, que está previsto que se prolongue hasta este domingo, se convirtió en un enjambre de quejas a primera hora de la tarde. Tuvo que acudir la policía para dispersar a quienes hacían cola sin tener entrada. “Esto está muy mal organizado”, “cuando lo anunciaron no dijeron nada de la entrada”, espetaba enfadada la gente que estaba apostada esperando para acceder al hotel. Lara estuvo durante más de media hora recogiendo hojas de reclamaciones.. Mientras, en el interior del ME Reina Victoria, el público entraba en tandas de 50 personas y disponía de 45 minutos para realizar sus compras en el hall del establecimiento, donde se han habilitado espacios al estilo Ikea para mostrar los muebles. Tumbonas de terraza de la marca Kettal por 70 euros, mesas de madera por 25 y 50 euros, camas con somier y colchón por 135 y 150 euros, lámparas por 7,5, cafeteras Nespresso por 30, televisiones por 70, dispensadores de jabón o crema por 5… y así hasta la parte de los 10.000 productos asignada para el viernes, algunos de los cuales se van reponiendo a medida que se venden.. Nada más entrar, algunas de las piezas más atractivas, como pueda ser una lounge chair tipo Eames, ya estaban agotadas. Y según iban pagando los compradores después de una larga cola, muchas de las sillas, tumbonas y camas corrían la misma suerte.. Varios compradores dentro del hotel, mirando los artículos. Candela Ordóñez. Bolsas llenas de tres en tres. La gente se llevaba bolsas llenas de platos, edredones, libros o almohadones. A pares, tríos… como si no hubiera un mañana. Y arrastraban sillas de escritorio o mesas hacia la concurrida salida del hotel. “Es una oportunidad muy interesante para poder amueblar nuestra casa de vacaciones”, decía María Delgado, que se había gastado 350 euros entre camas, fuentes y alguna lámpara.. Entre el tumulto algunos clientes veían cómo los enseres que habían seleccionado desaparecían sin que se diesen cuenta. Hubo quien compró 10 cafeteras Nespresso o 15 lámparas. “Seguro que son para revender en Wallapop”, se oía decir en la cola.. Al final de la tarde, Eco-One había vendido prácticamente todo lo expuesto este viernes. Este sábado y domingo habrá más muebles, ya que a cada día le ha adjudicado un volumen de productos.. Zedenka Lara asegura que piensan repetir la experiencia. “Al enterarse del lanzamiento de este mercadillo, otros hoteleros nos lo pidieron”. La start-up tiene actualmente una plataforma de liquidación de enseres de este tipo de establecimientos, pero solo dirigido a hoteles, no al público en general, “y ha sido un bombazo”, indica su confundadora.
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