Por ser suscriptor Premium de EL PAÍS podrás disfrutar de las mejores producciones del panorama nacional e internacional desde uno de los palcos del Gran Teatre del Liceu. Esta semana te ofrecemos invitaciones de palco para disfrutar de Rusalka, la ópera más conocida y querida del teatro lírico checo firmada por Dvorák. La cita será el próximo lunes 7 de julio a las 19:30.¡No te lo pierdas!
Rusalka, joya del repertorio lírico romántico, explora el conflicto entre naturaleza y humanidad a través de la figura de una ondina que, movida por el amor hacia un príncipe, renuncia a su esencia acuática para asumir una forma humana limitada y trágica. Su transformación, mediada por una bruja tras el célebre “Canto a la luna”, la condena al silencio y al desencuentro amoroso. El príncipe, incapaz de comprender su naturaleza ambigua, la abandona por una figura femenina más mundana. Rusalka, atrapada entre dos mundos, es relegada a un destino espectral.
La ópera, de gran riqueza melódica y con ecos wagnerianos, se nutre de la tradición musical eslava para construir una atmósfera de lirismo nostálgico y visión idealizada de la naturaleza, especialmente a través de los coros de ninfas y ondinas.
Participa y consigue dos invitaciones para asistir a la obra maestra de la lírica del Romanticismo EL PAÍS
Por ser suscriptor Premium de EL PAÍS podrás disfrutar de las mejores producciones del panorama nacional e internacional desde uno de los palcos del Gran Teatre del Liceu. Esta semana te ofrecemos invitaciones de palco para disfrutar de Rusalka, la ópera más conocida y querida del teatro lírico checo firmada por Dvorák. La cita será el próximo lunes 7 de julio a las 19:30.¡No te lo pierdas!
Rusalka, joya del repertorio lírico romántico, explora el conflicto entre naturaleza y humanidad a través de la figura de una ondina que, movida por el amor hacia un príncipe, renuncia a su esencia acuática para asumir una forma humana limitada y trágica. Su transformación, mediada por una bruja tras el célebre “Canto a la luna”, la condena al silencio y al desencuentro amoroso. El príncipe, incapaz de comprender su naturaleza ambigua, la abandona por una figura femenina más mundana. Rusalka, atrapada entre dos mundos, es relegada a un destino espectral.
La ópera, de gran riqueza melódica y con ecos wagnerianos, se nutre de la tradición musical eslava para construir una atmósfera de lirismo nostálgico y visión idealizada de la naturaleza, especialmente a través de los coros de ninfas y ondinas.
