Iván Zulueta lo llevó de las tablas al celuloide y Pedro Almodóvar lo catapultó al estrellato. Estos son los títulos más icónicos de Eusebio Poncela Leer
Iván Zulueta lo llevó de las tablas al celuloide y Pedro Almodóvar lo catapultó al estrellato. Estos son los títulos más icónicos de Eusebio Poncela Leer
Cuando la popularidad le llegó en la gran pantalla, Eusebio Poncela llevaba ya 20 años despuntando en las tablas junto a los más grandes. Creció en el teatro de finales de los 60 pero fue a mediados de los 80 cuando Pedro Almodóvar lo llevó al estrellato. Su físico particular lo convirtió en el actor que mejor retrató la bohemia y la marginalidad de los 80 en España. Sean estos cinco títulos una pequeña muestra del genio que convirtió a Eusebio Poncela, fallecido este miércoles, en fetiche de Almodóvar e Iván Zulueta.. Denostada en su estreno, en plena Movida Madrileña, pero convertida en joya de culto una década después, el segundo largometraje de Iván Zulueta lo convirtió en José Sirgado, un director de cine de treinta y pocos años que acaba de montar su última película. Su adicción a la heroína hace que su perspectiva del mundo real sea distorsionada, como en un sueño. Precisamente, la película que Poncela iba a presentar en el próximo Festival de San Sebastián es un homenaje al cine de Zulueta con Arrebato como eje principal.. Más tarde hará también con Zulueta el filme Párpados. Contemporánea a Arrebato fue Operación Ogro, dirigida por Gillo Pontecorvo, polémica por plantear el asesinato del almirante franquista Luis Carrero Blanco por un comando terrorista de ETA.. Decía Eusebio Poncela, con Matices recién estrenada en SkyShowtime, que él fue, en realidad, un pionero en las series. Basada en la novela homónima de Gonzalo Torrente Ballester, Los gozos y las sombras lo llevó a convertirse en Carlos Deza, último de la estirpe de los Churruchaos en una aldea gallega ante el advenimiento de la Segunda República. Formó un equipo perfecto con con Charo López, Amparo Rivelles y Carlos Larrañaga.. En TVE ya había participado en Curro Jiménez y más tarde protagonizaría Las aventuras de Pepe Carvalho, serie inspirada en las novelas policíacas de Manuel Vázquez Montalbán.. Y llegó Almodóvar. Y aquel insólito detective ante quien confiesa Antonio Banderas, torero retirado y adicto al sexo, sus terribles crímenes, y que no se lo cree. Su primera incursión en el universo Almodóvar lo catapultó al olimpo del cine español. A él volvería por última vez en Dolor y Gloria, la suerte de ficción almodovariana en la que retrató las adicciones reales del actor y cómo fueron la causa de que no volvieran a trabajar juntos en más de tres décadas.. Eusebio Poncela es Pablo, el amante de Antonio Banderas, en La ley del deseo, de Pedro Almodóvar.EL DESEO. Pero antes de que se rompiera su idilio, Almodóvar lo convirtió en uno de sus protagonistas más icónicos y controvertidos. Eusebio Poncela encarna aquí a Pablo Quintero, un director de cine y teatro homosexual que conoce a Antonio (Antonio Banderas) la noche del estreno de una de su última obra, una adaptación del monólogo de Cocteau, La voix humaine, que interpretará su hermana transexual, interpretada por Carmen Maura.. La tormentosa historia de lujuria entre Pablo y Antonio dará lugar a una escena que marcaría un antes y un después en el cine español, al mostrar a los dos protagonistas practicando sexo anal.. Alejado de la heroína, Eusebio Poncela se refugió durante un tiempo en Ushuaia (Argentina), la ciudad más austral del mundo, antes de viajar por la Patagonia y los Andes y de recalar en casa de sus amigos Cecilia Roth y Fito Páez. Es en esta época cuando recibe la llamada de Adolfo Aristarain para interpretar al hedonista Dante en Martín (Hache). Suyo es el diálogo más icónico del filme: «El placer no está en follar, es igual que con las drogas. A mí no me atrae un buen culo, un par de tetas o una polla así de gorda; bueno, no es que no me atraigan, claro que me atraen: me encantan, pero no me seducen. Me seducen las mentes, me seduce la inteligencia, me seduce una cara y un cuerpo cuando veo que hay una mente que los mueve que vale la pena conocer, poseer, dominar, admirar… La mente, Hache, yo hago el amor con las mentes, ¡hay que follarse a las mentes!».
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