Guionista, director, productor y adaptador igual trabaja para el cine, la tele, el teatro o el musical. Tras poner de moda entre la muchachada a los Hombres G en ‘Voy a pasármelo bien’, estrena ahora en calidad de ideador ‘Voy a pasármelo mejor’, un alarde pop y un canto a la adolescencia Leer
Guionista, director, productor y adaptador igual trabaja para el cine, la tele, el teatro o el musical. Tras poner de moda entre la muchachada a los Hombres G en ‘Voy a pasármelo bien’, estrena ahora en calidad de ideador ‘Voy a pasármelo mejor’, un alarde pop y un canto a la adolescencia Leer
Pocos nombres suenan tan bien y tan alto como el de David Serrano (Madrid, 1975). El chiste sale solo. En su haber figuran desde musicales para el cine como El otro lado de la cama a musicales para la escena como Hoy no me puedo levantar como musicales de musicales como la versión en castellano de West Side Story. Pero no solo eso. A la vez que estrena una nueva adaptación de la obra de Tennessee Williams (que no de Marlon Brando) Un tranvía llamado deseo, los cines recuperan en forma de secuela el casting entero y perfecto de Voy a pasármelo bien, el delirio super pop con las canciones de los Hombres G como guía y excusa. Ahora, el mismo grupo de actores bajo la bandera de Los Pitus vuelve con Voy a pasármelo mejor y con canciones originales secundadas por clásicos del pop español de Nacha Pop, Duncan Dhu, Seguridad Social, Miguel Bosé, Antonio Vega o, atentos, Chimo Bayo. Serrano ideaba, escribía (con Luz Cipriota) y dirigía la primera y ahora vuelve a idear y a escribir (siempre con Luz, su mujer). De la dirección esta vez se encarga la debutante Ana de Alva.. ¿Cómo se llega a la conclusión de una segunda parte de un musical de los Hombres G sin los Hombres G?. En verdad, Voy a pasármelo bien no era sobre los Hombres G. Sí, están sus canciones, pero lo que se cuenta es mi primer amor. Digamos que la idea original de hacer casi un biopic sobre el grupo y de cómo pasaron de ser unos amigos del colegio a un fenómeno mundial, acabó por transformarse en una película casi autobiográfica. Para la secuela rápidamente caímos en la cuenta de que no podíamos repetir la fórmula. Así que le dimos la vuelta y decidimos hacer un musical con canciones originales, firmadas por mi hermano Alejandro. Bien es verdad que suena la música de los grupos españoles, pero también eso es muy autobiográfico. El primer grupo que personalmente me interesó fueron los Hombres G. Y después, Nacha Pop y Duncan Dhu… Y esos son los que se escuchan. De todas formas, el motor de todo es la posibilidad de ver crecer a los actores que en la primera película son niños y ahora, adolescentes.. ¿Qué aliciente puede tener un chaval para meterse a ver un musical con la música de sus padres?. Cuidado. Después de Voy a pasármelo bien, los Hombres G me comentaron que sus conciertos se llenaron de repente de niños.. ¿Soy yo o el cine musical vive un extraño momento de euforia?. Es raro y contradictorio porque ves claramente que funciona. Pero no solo en el cine, el teatro musical vive un boom que nadie fue capaz de prever. Sin embargo, es complicadísimo producir y conseguir dinero para una película musical. Ni las plataformas ni las televisiones quieren saber nada. Todos miran el género con mucho escepticismo. Solo recordar que El otro lado de la cama fue un guion que tardé en sacar adelante casi tres años. Nadie lo quería o lo querían siempre y cuando quitara los números musicales. Eso no ha cambiado. Hemos podido hacer esta película porque antes existía el éxito de la primera.. Tiempo atrás, la gran época del musical coincidió con la Gran Depresión. ¿Puede ser que la necesidad de evasión de la realidad en tiempos duros sea el motivo del éxito del musical?. Puede. Lo que sí constato en musicales en principio tan ajenos a nuestra cultura como The Book of Mormon es que la gente disfruta muchísimo. Billy Elliot hizo un millón de espectadores en Madrid y Barcelona…. Ésta como la anterior película, se alimentan de la nostalgia. ¿Qué relación guarda con ella?. Soy un tipo muy nostálgico. Imagino que tiene que ver con mi edad. Cuando llegas a los 50 y tienes hijos pequeños es inevitable mirar a tu pasado. De todas formas, cuidado, no soy de esos que creen que el pasado es mejor por ser simplemente pasado.. ¿No encuentra sospechosa esa obsesión por la nostalgia que se ve por todos lados?. Cuando era niño sufríamos y hacíamos sufrir auténticas barbaridades. No había conciencia ni del bullying ni de nada. Recuerdo chavales de mi clase que estaban absolutamente machacados. Lo pienso y me da pánico pensar que yo podría haber sido uno de ellos. A veces pienso que me gustaría volver a encontrarme con ellos y saber cómo están, cómo les ha ido… Los 80 fueron unos años demasiado duros para tener nostalgia de ellos. Yo soy del barrio de la Elipa y he visto los estragos de la heroína, del sida… Madrid era entonces una ciudad tremendamente antipática, incómoda y peligrosa. No entiendo a los que dicen que entonces había más libertad y todo eso…. Ha mencionado el bullying, pienso en el machismo a cuenta de El tranvía llamado deseo…. Sí, ahí se ve claramente cómo han cambiado las cosas y para bien. Por supuesto, queda mucho por hacer y más con las cifras terribles que conocemos todos los días. Pero cuando lees a Tennessee Williams te das cuenta de hasta qué punto la violencia de género estaba aceptada y se veía como completamente normal hasta hace muy poco.. Hay un momento delicado y precioso en su película que es el reconocimiento de su homosexualidad de dos de los personajes. También eso ha cambiado.. Sin duda, pero hablando con la directora, que es mucho más joven, me decía que vivimos una época de retroceso al respecto. No tengo consciencia de haber hecho nada importante en mi carrera, pero si esa secuencia puede significar algo para algún chaval, me daré por satisfecho. Es terrible cómo se tenía que vivir la homosexualidad en la adolescencia hasta hace muy poco ocultándose constantemente.
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