El nuevo coloso construido por Juan Roig echa andar con un concierto histórico en el que brillaron David Bisbal, Víctor Manuel o Sole Giménez reinterpretando los temas del mítico artista valenciano fallecido en accidente en 1973 Leer
El nuevo coloso construido por Juan Roig echa andar con un concierto histórico en el que brillaron David Bisbal, Víctor Manuel o Sole Giménez reinterpretando los temas del mítico artista valenciano fallecido en accidente en 1973 Leer
No pudo tener un estreno más rotundo el Roig Arena, un coliseo con un público entregado a la voz, el recuerdo y el homenaje a Nino Bravo, una reivindicación de la memoria colectiva en un espacio que nace para crear recuerdos. El bautizo del regalo que Juan Roig ha hecho a Valencia se recordará por siempre, como la voz del mítico artista de Aielo de Malferit fallecido en 1973. Nunca nadie ni con tanto corazón le rindió un homenaje así.. Sin una butaca vacía, un fundido a negro llegó para que apareciera en el enorme videowall un viejo dial de radio, imágenes y la voz del mito, la estrella y uno de los artistas valencianos más universales. Una cuenta atrás marcó el arranque del homenaje y el nacimiento del nuevo coloso que engrandecerá Valencia.. Fue Nino Bravo el que arrancó su homenaje en la gran pantalla, acompañado de una veintena de músicos en directo, con Vivir. Por primera vez aparecía ligado a un tema que dejó grabado en una maqueta 72 horas antes de su trágico accidente, alegoría de cómo sigue vivo entre los 20.000 asistentes. Fue Malú la primera que pisó el escenario con Mi gran amor, agradecida por contar con ella «para este homenaje en este lugar tan especial que tantas noches mágicas nos va a reparar». A Andrés Suárez le tocó cantar con coros. La grada no pudo resistirse a acompañarle porque a él le tocó interpretar uno de los más emblemáticos: Noelia. Más de una Noelia habría entre el público porque en 1972 este tema fue una auténtica revolución. La potencia de voz del gallego soportó la comparación con el mito.. El valenciano Luis Cortés le puso el toque flamenco a su Vete, mientras que La Mari de Chambao dio su toque personal a una canción que, desde el 29 de octubre de 2024, cuando el barro enterró media provincia de Valencia, tiene un profundo significado: Mi tierra resonó en el Roig Arena, con el público poniendo palmas y su garganta al estribillo. Valencia cantó con su tierra y al escenario llegó Funambulista, con Eres todo cuando quiero.. El primer gran aplauso fue para Pitingo, incluso antes de comenzar, a capela, la primera estrofa de Es el viento con una voz tan atronadora como la del propio homenajeado y acompañado por la guitarra española. Apenas tres minutos en el escenario que, por primera vez, pusieron en pie al pabellón. «Un placer haber cantado a este genio, que me hubiera encantado conocer. Un aplauso al cielo».. Para entonces ya había quedado claro que el Roig Arena se va a convertir en el mejor escenario de España. A su perfecta sonoridad se suma una apuesta tecnológica, con su juego de pantallas y luces, que convierten el escenario en un plató. La visualización de su potencia llegó cuando Eva Ferri, la hija de Nino, a quien la inteligencia artificial le concedió el deseo de cantar junto a su padre Vuelve, incluso cara a cara con su holograma. Otra vez, el pabellón entero en pie. «Esta noche hablo en nombre de mi madre, de mi hermana Amparo, de sus nietos, de toda la familia para dar las gracias a Roig Arena, por abrir este centro que nos habéis puesto en boca de todos con tanto cariño y respeto. A Universal Music también, por haber cuidado el legado de Nino como un artista vivo», dijo Eva, sin olvidar a los promotores, GTS y Westin Managers, y a los artistas «que ya tienen un sitio en nuestro corazón y una casa en Valencia». «Mientras haya una sola persona que escuche a Nino Bravo, jamás se irá», recordó.. David Bisbal, en el Roig Arena.K. FÖSTERLINGEFE. El escenario lo llenó el único artista que convivió con Nino y que estuvo en el homenaje que en Valencia se le brindó tras su muerte en 1973. A Víctor Manuel le encajó como anillo al dedo Libre, la hizo suya con la maestría de una voz atronadora y un espíritu que recoge la propia letra, que no le impidió besar el escenario. «Gracias, gracias por tanto, Nino», dijo. El relevo se lo cogió Sole Giménez con el fabuloso Te quiero, te quiero que nadie pudo dejar de entonar, incluso adelantándose a la versión de la valenciana. Tras Sole, se arrancó la artista más joven que participó en el homenaje: la eurovisiva Sandra Valero, que con 14 años defendió con soltura ‘Amanecer’ porque «a mi abuela le encantaba de Nino Bravo».. Llegó el turno de las bandas, del guitarreo, con Revolver y Carlos Goñi eligiendo La Puerta del Amor para su estreno en el Roig Arena, «un espacio que eleva esta ciudad». De Operación Triunfo salió el «jotero» Juanjo Bona para poner voz a Esta será mi casa con el respaldo de imágenes familiares de Luis Manuel Ferri, el verdadero nombre de Nino Bravo, desde sus años escolares a su boda o las portadas de los temas que alcanzaron el número 1 en la España de principios de los 70.. Enloqueció la grada en cuanto se anunció a Marta Sánchez, que se apartó de las potentes baladas para provocar las ganas de bailar con Tú cambiarás mientras se recordaba que «con el último beso, sé que esperarás mi regreso, sé que, en ese instante, cambiarás». Continuó el ritmo con Varry Brava, La Casa Azul y Jorge Martí, de La Habitación Roja. El indie, también rendido a Nino Bravo, cantó de nuevo con el holograma de Nino otra versión de Mi tierra. «Nino venía de los grupos, del underground, gracias por pensar que las bandas también le amamos», dijo Guille Milkyway mientras Varry Brava pedía paz para «una tierra que lo necesita», sin hacer mención a Palestina.. Exterior del Roig Arena antes del concierto.ROIG ARENA. De nuevo el escenario se fue a negro para recibir a Miguel Poveda y su rotunda versión de Como todos, en la que la letra de Manuel Alejandro reivindica un «amor igual». Él no se mordió la lengua: «Denuncia fuerte a un pueblo que está destrozando a otro pueblo. Free Palestina», gritó el catalán.. Nino volvió también en la voz, primero de Vanessa Martín con Por qué, y después a ella se le unió Pablo López con la única compañía del piano para armar a dúo una bellísima Cartas Amarillas, uno de los temas más ligados a la interpretación del artista valenciano, a la que dieron un brillo espectacular.. La apoteosis la provocó, cómo no, David Bisbal con un rotundo «Visca Valencia», la mítica América y, para cerrar un bautismo histórico, pidiendo al público palmas para acompañar a la canción más universal de Nino Bravo: Un beso y una flor. La gritaron a pulmón 20.000 espectadores, la veintena de artistas que lo cantaron durante toda la noche y toda su familia al completo en el escenario. Todo lo que hace que Nino Bravo siga muy vivo y con tanto futuro como un Roig Arena que provocó que Juan Roig fuera recibido en las entradas del pabellón entre aplausos.
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